Las traducciones automáticas suelen alcanzar una precisión del 85-90% para texto básico. Funcionan bien para entender el contenido general pero pueden tener dificultades con la terminología específica de la industria, los modismos o las estructuras de oraciones complejas. Para uso casual o entender la esencia de un documento, son bastante fiables. Sin embargo, para documentos legales, médicos o profesionales, es aconsejable que un traductor humano revise el resultado o usar servicios de traducción profesional.