Prioriza las historias de usuario basándote en el valor de negocio, el impacto sobre el usuario y las dependencias técnicas. Comienza identificando las características indispensables que afectan directamente la funcionalidad central. Considera la retroalimentación de usuarios y las demandas del mercado al clasificar las historias. Utiliza técnicas como MoSCoW (Must have, Should have, Could have, Won’t have) o mapeo de valor frente a esfuerzo. Revisiones periódicas con los interesados ayudan a asegurar que las prioridades se alineen con los objetivos del negocio.