La mayoría de los traductores suecos manejan principalmente el sueco estándar (rikssvenska) y pueden no distinguir completamente entre patrones de habla formal e informal. Si bien pueden traducir contenido básico, pueden perder matices en dialectos regionales de diferentes partes de Suecia. Para la comunicación casual, esto generalmente no es un problema, pero para contenido profesional o formal, vale la pena consultar a un hablante nativo.