Las herramientas de traducción actuales pueden tener dificultades con estructuras gramaticales complejas, significados contextuales y expresiones faciales que son cruciales en la comunicación de lenguaje de señas. Funcionan mejor con vocabulario básico y frases simples, pero pueden perder matices sutiles, contexto emocional y señas culturales específicas que los intérpretes humanos pueden entender fácilmente.