No hay una regla estricta sobre la frecuencia con la que debes usar un generador de conceptos, pero es más efectivo cuando se implementa durante las primeras etapas de lluvia de ideas o cuando te sientes atascado. Algunos creadores lo utilizan a diario para ejercicios de calentamiento, mientras que otros lo reservan para proyectos específicos. La clave es usarlo como una herramienta complementaria que mejore, en lugar de reemplazar, tu proceso de pensamiento creativo natural.