Aunque generalmente se recomienda la voz activa, la voz pasiva puede ser apropiada en ciertas situaciones. A menudo se usa en la escritura científica para mantener la objetividad, cuando el actor de la acción es desconocido o no es importante, o cuando se desea enfatizar al receptor de la acción. Sin embargo, el uso excesivo de la voz pasiva puede hacer que la escritura parezca vaga o demasiado formal, por lo que es esencial equilibrar según tu contenido y audiencia.