Los nombres romanos usualmente consistían en tres partes: el praenomen (nombre personal), el nomen (nombre del clan o familia), y el cognomen (apodo o rama de la familia). Por ejemplo, en Gaius Julius Caesar, Gaius es el nombre personal, Julius representa la línea familiar, y Caesar era originalmente un apodo. El generador crea nombres siguiendo esta estructura tradicional, aunque algunos nombres pueden usar versiones simplificadas para uso moderno.