Los detectores de contenido de IA logran típicamente entre un 85-99% de precisión, dependiendo de la herramienta y la longitud del texto. Funcionan analizando patrones de escritura, estructuras de oraciones y marcadores lingüísticos que diferencian entre contenido humano y generado por IA. Sin embargo, la precisión puede variar según factores como la longitud del texto, la complejidad de la escritura y el modelo de IA utilizado para generar el contenido. Para obtener mejores resultados, la mayoría de los detectores requieren al menos 250-350 caracteres para realizar evaluaciones precisas.