Aunque las herramientas de traducción de libros han mejorado significativamente, aún no pueden igualar la comprensión matizada de los traductores humanos. Estas herramientas son útiles para obtener el significado general del texto, pero pueden omitir referencias culturales, modismos y sutiles dispositivos literarios. Funcionan mejor para contenido técnico simple pero tienen dificultades con la escritura creativa, poesía o narrativas complejas que requieren adaptación cultural.