Los correctores gramaticales con IA son significativamente más precisos que los correctores ortográficos tradicionales porque analizan el contexto y la estructura de las oraciones, no solo las palabras individuales. Pueden detectar problemas gramaticales complejos como la concordancia sujeto-verbo, la elección adecuada de palabras y la claridad de las oraciones. Sin embargo, no son perfectos y pueden pasar por alto errores sutiles o hacer sugerencias incorrectas, por lo que es importante revisar cuidadosamente sus recomendaciones.